lunes, 17 de noviembre de 2008

PRIMERA B METROPOLITANA
Estudiantes de Buenos Aires 4 1 Almirante Brown

Lo que quedó
Nota a Luciano Goux -Estudiantes de Buenos Aires-

“Le pusimos cicatrizante a la herida”
Luciano Goux recordó la fatídica final del 06/07 aunque esta vez “nos tocó festejar pero la injusticia que cometieron con nosotros no te la devuelve nadie”, le explicó a Locos x el Ascenso.


Las marcas del pasado son las más difíciles de borrar. Sanar heridas que quizá jamás puedan cerrarse. Lugares que se pierden en lo más recóndito del pensamiento. La imperturbable foto invade en cada lóbulo. Símbolo natural de Estudiantes de Buenos Aires, partícipe de aquel partido, Luciano Goux fue muy claro: “Estuvimos a un paso de jugar en la B Nacional, muy cerca y ese fue un momento muy triste del que a la fuerza nos tuvimos que recomponer”. Las comparaciones son altamente inflamables. Convencido por lo hecho, el zaguero asume que “en ningún momento lo tomamos como una revancha” aunque, sonriente y reflexivo, remarcó: “Esta vez nos tocó festejar, es una alegría inmensa pero la injusticia que cometieron con nosotros no te la devuelve nadie”. Más allá que “es parte del pasado, le pusimos cicatrizante a la herida abierta” y en una excelsa producción colectiva, “pudimos lograr una victoria especial, ganar el clásico un rival que estará en la pelea y de la manera que se hizo es muy importante”, aseguró. El propósito en mente y “el compromiso que nos trazamos anoche en la concentración se pudo conseguir, apenas terminó el partido nos miramos a la cara sabiendo que se cumplió”, le dijo a Locos x el Ascenso. Los toques fueron casi la mesa de entrada. Un cóctel para tomarlo poco a poco en la apacible tarde. “Se jugó muy bien, no solamente convertimos cuatro goles sino que dejamos claro qué era lo que queríamos”, respondió. Tomando la posta para definir el pleito, “agarré la pelota y de antemano, sabía donde iba patear el penal” y sin guardarse la felicidad, tiró: “El gol vale en lo personal pero hacerle un gol Almirante Brown te deja contento”. El epílogo, por suerte, tuvo otras palabras. Las secuelas del viejo síntoma quedaron al margen. Aunque, sin querérsela borrar, la sonrisa quedó en Caseros.

Publicado por Dante Ariel Dufau

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